En la actualidad vivimos en un mundo donde se busca la aceptación, satisfacer y depender de la opinión de los demás. Ahora usamos máscaras para protegernos de un virus, pero ya cohabitábamos en un mundo con máscaras fabricadas con estereotipos, imágenes con filtros distorsionadas o falsas, en donde un “like” en una foto, parece ser lo deseado y aceptado.
En un mundo donde pocos han sido capaces de mirarse a los ojos con sinceridad, igualdad e inclusión. Tal vez nos hemos olvidado de algunos que no parecen encajar en ningún lado, señalándolos o poniendo etiquetas por su imagen, su estilo, sus pensamientos, creencias, costumbres, donde verse o sentirse diferente a veces parece un pecado.
La pandemia nos trajo de nuevo a casa. Posiblemente esto no signifique nada para algunos. Para otros ha sido una gran oportunidad de crecimiento y transformación. La pausa nos permite observar con calma, poner atención para aprender otras maneras de ser y accionar. Ha sido una oportunidad de reencuentro con nosotros mismos, de empoderamiento, de avance, reconocer habilidades y actividades que por falta de tiempo, motivación o miedo no se habían intentado hacer. También ha sido un momento de encuentro con un sentido o propósito de vida.
Te has preguntado alguna vez si ¿Reconoces tu propia voz?, ¿Cuál es tu poder interior?, ¿Qué entregas o cedes a otros?, ¿Sientes vergüenza de quién eres?.
Tener autoestima es valorar y reconocer tu poder personal, elegir sentir consideración, respeto, amor propio, compasión por uno mismo. La relación contigo influye en la relación con los demás, por lo tanto, es tu prioridad.
El miedo a la crítica, a ser señalados, nos limita y resta responsabilidad sobre nuestras propias acciones, buscando aprobación disminuimos nuestra autoestima, debilitando la relación que tenemos con nosotros mismos, nuestra confianza y valor personal. La vergüenza nos convierte en víctimas de lo que nos sucede.
El amor propio es la conexión que permite abrazarnos a nosotros mismos con compasión, aceptación sin juicios, para vernos y amarnos tal cual somos. Integrando nuestras polaridades, nuestro lado positivo y negativo. Amor propio es cuidarnos, cuidar nuestro cuerpo, ejercitarnos regularmente, alimentarnos bien. Amarnos tal cual somos, con nuestros defectos y virtudes.
Dedica tiempo para ti, tú eres importante, eso no te hace una persona egoísta. Si tú estás bien todos a tu alrededor lo estarán también.
Establece límites sanos, hacerle saber a otros y a ti mismo que tu tiempo, tus sentimientos, necesidades y deseos importan.
Aprender a amarse es un proceso que requiere de consciencia, tiempo y práctica. Sé amable contigo mismo mientras recorres ese camino.
No mires afuera esperando aprobación, no necesitas encajar, nadie puede definir cuánto vales, estás completo y eres suficiente. Tienes un inmenso potencial por descubrir.
Y siempre recuerda: “Cuando aprendes a mirarte sin juicios, desaparece el mundo, las creencias, los condicionamientos. Vuelves a ti, encuentras quién eres, y aprendes a reconocer lo que quieres”.
Sigue a Mónica Kertznus en IG: @integrasanamk
Fotógrafo: Leo Reinfeld
