A lo largo de los años la vida me ha llevado a transitar por diferentes caminos, cada uno lleno de aprendizajes e infinito agradecimiento. Aprendí entre muchas cosas que la edad puede ser algo real, tal vez pueda ser un impedimento, si así lo crees, pero también es un estado mental, cómo te sientes, cómo te percibes, cómo te ves a ti mismo, cómo te quieres ver y sentir es más importante. Mientras hay vida no hay edad para cambiar de dirección, resistir al cambio sólo trae dolor y sufrimiento. Aprendí a buscar, apreciar los momentos de soledad, silencio e introspección, a encontrar paz, armonía y balance dentro de mí en mi mente, en mi alma. Somos reflejo de nuestro interior. No hay fórmulas milagrosas, no puedes esperar cambios externos si no haces cambios internos. El trabajo, la disciplina son el camino para lograr la mejor versión de nosotros mismos.